COMO SIEMPRE, CON PRISAS Y LLEGANDO TARDE


Supongo que se habrán asomado últimamente por aquí y se habrán percatado de que hace ya un par de semanas que no actualizamos el blog. Ya me estoy acostumbrando a pedir disculpas a destiempo. De hecho, ahora mismo estoy escribiendo porque he encontrado unos minutos lejos del trabajo y con conexión a internet. La causa es simple: llevamos desde hace casi un mes trabajando en un mediometraje documental de encargo de unos 40 minutos.


Enfrentarte a un trabajo que no parte de tus inquietudes te ofrece cosas a las que no estamos habituados. Debes que enfrentarte a un material que no eliges (en nuestro caso, docenas de vídeos y entrevistas, cientos de diapositivas y fotografías y hasta alguna cinta Super 8), y a partir de ahí necesitas sacarle jugo al asunto para intentar motivarte y sacarlo adelante antes de la fecha de entrega. Desde luego, el bolsillo también se anima y se motiva él solito.


Cuando haces un documental histórico, con personas que te cuentan cosas que sucedieron hace unas décadas, tienes que acercarte a lo que pasó desde lo que te interesa personalmente, para darle vida a los datos, hechos y testimonios que no son tuyos pero que a los que representas con tu trabajo. Estás atado al cliente, tienes que luchar por tu tratamiento y aprender a ceder si no queda más remedio.

En diez días estará (debería estarlo!!!) acabado el proyecto. Podemos llegar tarde a nuestra cita con el blog, pero no con un trabajo remunerado.

Seguramente la peli acabará colgada en algún rincón de la red. Ya se lo comentamos y la curiosean.


Bueno, para no aburrirles más con mis obviedades, les dejo con un con otro tema que dejé para otro momento hace ahora un mes: el Notodofilmfest.
La noche del 1 de Abril nos acercamos a la Gala del Notodofilm como nominados al premio del público, galardón que finalmente se llevó el autor con más poder de difusión: el gran actor Raúl Arévalo.
Estuvimos desde las 20:00 h hasta las 24:00 h con un puñado de cacahuetes y Jameson, mucho Jameson. Nos tocó compartir mesa con Suda Sánchez, autor de esta pequeña maravilla que muy posiblemente hayan visto.


Nosotros acabamos pronto con los nervios, a los cinco minutos ya sabíamos que nos quedábamos con la Mención Especial (es decir, sin el premio gordo). Pero para entonces a Suda aún le quedaban un par de horas de angustia y sufrimiento. Haciendo honor a su nombre (vaaaaale,chiste fácil) con opciones a más de un premio, y tras las muy buenas críticas recibidas por su corto (con razón) esperó hasta el último segundo que sonara la flauta y cayera algo. Acabó con las existencias de cacahuetes, con mi paquete de cigarrillos y con las uñas clavadas en el asiento de su silla. Eso cuendo no estab corriendo hacia el baño.
El final lo conocen todos ustedes, no hace falta que repasemos la subjetiva, totalmente lícita pero decepcionante decisión (opinión por otro lado también subjetiva pero más generalizada) que tomó el jurado para el Gran Premio. Parece como si el Notodo nos dijese: no queremos gente que haga cosas con calidad, esto se os queda pequeño. Dedicáos a otra cosa. O puede que sea una estrategia para que el próximo año la gente piense: "Jo, si ha ganado esto, puedo ganar yo, que seguro que lo hago mejor".
De todos modos, tras el primer calentón, hay que recordar que esto no es más que un juego y que los jurados no son más que un grupo de personas que deciden según les parece en ese momento. Hay que madurar y saber darle la importancia adecuada a estas cosas.
Y eso que el corto de Suda nos encanta pero no era nuestro favorito. Era este otro, con una gran idea y sin medios, que finalmente pasó inadvertido.



De cualquier modo, nosotros somos ya un poco mayorcitos para irnos a NY a jugar a ser cineastas, y aunque no se lo crean, yo fui al Notodo a por el premio seguro: la fiesta posterior que se monta en el karaoke-puticlub Central Park, nuestra cita anual con amigos y conocidos foreros.


Lo mejor del Notodo es la gente que lo hacemos posible.