TODAVÍA ESTÁS A TIEMPO


El otro día, me desperté a una hora incierta. No tenía prisa, me había acostado tarde y no entraba a trabajar hasta el mediodía. Me levanté y con los ojos aún legañosos, antes de ir al baño o desayunar, encendí el ordenador. Me encontré este recorte de prensa pegado a la pantalla. Un mensaje bastante claro de lo que nos puede pasar a muchos si descuidamos el mundo real por el virtual.
Gracias, Marisa.