LA DIETA DEFINITIVA
Ahora que viene el buen tiempo, si es que algún día se fue (al menos por aquí), miles de personas piensan en hacer algo para perder algunos kilos y lucir palmito ante el resto de la tribu. Podemos encontrar miles de dietas con nombres y métodos variopintos, pero hoy les proponemos una nueva; de nuestra invención.
Hagan una prueba: cojan un alimento en el que puedan leer los ingredientes, y pónganse a investigar esos nombres químicos, o los reconocibles numeritos y letras de los aditivos. Cualquier cosa sirve: un yogur, las salchichas de pavo o el pan de molde. Luego se me pasan por aquí y los consultan en el listado que ofrece la página. Incluso encontrarán en su paté o su fiambre aditivos prohibidos en otros países. Pues bien, vayan eliminando de su despensa todo aquello que lleve algún producto perjudicial o poco recomendable.
Seguro que en tres días acaban comiéndose únicamente sus propias uñas aliñadas. Me temo que en tres más acaban como Cachuli, nuestra rata de laboratorio voluntaria, que tras seis días sin probar bocado (se supone) se ha rajado y ha decidido volver a su feliz y cómoda vida en el trullo y a su dieta inicial de macarrones con tomate de bote.
Conclusión: si quieren se más felices en su vida, será mejor que no se enteren de lo que comen. Además, ¿quién quiere ser lóngevo?. Lo bueno, si breve...