A LA TERCERA... NO VA LA VENCIDA



Ya pasó. Un año más, acabó la Gala del Notodofilmfest. Un año más, conseguimos tener un corto nominado. Un año más, todo quedó en una Mención Especial. Por un lado, nos quedamos algo chafados. El corto ganador está muy bien, tiene mucho más trabajo que el nuestro y funciona como un reloj. El premio de LETAL LOVE, aunque no tenga una idea novedosa detrás, es honestamente merecido. Pero en el fondo, tras varias ediciones participando, tres años nominados, un día duro de mucho trabajo, un palizón de viaje en bus y una noche sin dormir, pensamos que ya nos tocaba. El karma nos lo debía.
Pues no. Ni karma ni ostias. Tenemos que dejar de ver Me llamo Earl.
La entrega de premios tuvo como en ediciones anteriores unas circunstancias explosivas. Se realizó a la hora de la cena (de 9 a 12 aprox.), sin nada que comer y con whiskey Jameson como única opción opción de engañar al estómago. Estábamos sentados junto a los autores de LETAL LOVE, gente muy maja, situación que por otro lado impidió desahogarnos, ya que no pudimos mostrar nuestra breve sensación de fracaso ni siquiera un poquito.
Lo bueno, como todos los años, vino luego. Viejos y nuevos conocidos nos reunimos en el Central Park, un local con karaoke que el resto del año es un club social donde ancianos y jóvenes féminas intercambian dineros y fluidos.
Fíjense en las fotos, una antes de la gala y otra después. No les digo más.
El resto de la noche fue típica. Caras nuevas, otras muy vistas, largas charlas y algunas canciones destrozadas en el pequeño escenario (ver vídeo). La cosa acabó a las 6:30 de la mañana siguiendo mediante el olfato (no es broma) el rastro de una churrería. Finalmente, el olor del aceite frito nos llevó al establecimiento en cuestión. Un año más, el Notodofilm nos deja un sabor agridulce, y la gente que le rodea un recuerdo entrañable.